A pocas horas de finalizar el año muchos nos plantamos qué hicimos o dejamos de hacer. Casi sin darnos cuenta repasamos a modo de balance lo mas significativo del año.
Esto no siempre nos deja una grata sensación, sobre todo si lo que consideramos que no estuvo bien, es muy notorio.
Pero qué podemos hacer para que no nos vuelva a suceder lo mismo?
Nos sirve listar los objetivos para el siguiente año?
Cada cual sabrá qué le hace bien y que no, pero si llegada esta época vuelves a sentir el fracaso de todos los años por aquello que no conseguiste, entonces quizás es momento de hacer algo diferente.
Y para ello te propongo que te tomes un rato en soledad y pienses:
¿Cómo quieres sentirte el año venidero?
¿Qué emociones te gustaría experimentar?
Las emociones nos predisponen a ciertas acciones. Desde la tristeza habrá cosas que no podremos hacer o disfrutar mientras que la alegría nos abrirá un abanico de posibilidades diferentes.
Entonces mi propuesta de hoy tiene que ver con que pienses en qué emociones serán las que quisieras vivir para poder, desde allí, hacer cosas diferentes a las que vienes haciendo hasta ahora.
Inverso a lo que casi siempre hacemos que es llenarnos de metas y objetivos, aquí lo que puedes hacer es buscar primero las emociones que te ayudarán a sentirte bien para luego sí pasar a la acción.
Por ejemplo imagina que todos los años comienzas con la intención de hacer ejercicio físico regularmente y así adelgazar. Pero a medida que transcurren los meses te das cuenta que te llenas de excusas que te imposibilitan mover siquiera un dedo. Llega diciembre y nuevamente sientes la frustración de no haber perdido ni un kilo/libra. Desde aquí puedes volver a proponerte la misma meta para los meses venideros pero sabiendo que nuevamente pasará lo mismo, una y otra vez.
Esto significa que te debes resignar? Noooo!!!
Puedes hacer algo distinto.
Puedes pensar en cómo quieres sentirte en relación a tu cuerpo: si quieres sentirte libre a la hora de vestirte, sin pensar en que nada te entra; si quieres sentirte sana; si quieres dejar de tener vergüenza de tu cuerpo y entablar una mejor relación con él; si quieres aprender algo nuevo y no te animas por que piensas que ahora eres torpe; o tal vez quieres comenzar a sentirte valorada.
Si piensan en qué deseas en realidad cuando planteas hacer ejercicio o adelgazar y qué emociones te podrá ayudar a que lo logres entonces podrás usar esa emoción como combustible a la hora de actuar.
Como te mencioné mas arriba, las emociones nos predisponen a la acción, así que busca llenarte de emociones como alegría, esperanza, felicidad, deseo, confianza, etc. Y para ello conéctate con ellas buscando aquello que te las genera como por ejemplo puede ser que te sientas esperanzada al mirar a tu familia o sientas confianza luego de una charla con alguien especial o que sientas alegría al escuchar música. Así crearás un circulo virtuoso en el que un hecho te genere una emoción que te permita actuar en el logro de lo que deseas y nuevamente te genere otra emoción que te abrirá otras posibilidades y así muchas veces más.
No estoy en contra de listar nuestros objetivos, es más, es necesario que sepamos qué deseamos, pero te estoy invitando con esto a que, sabiendo lo que deseas, hagas el camino inverso para poder llegar al final de próximo año sintiéndote bien contigo y sabiendo que lograste tus metas!!