Estamos inmersas en un constante bombardeo de imágenes que
nos “dicen” cómo tenemos que ser, cómo
debería ser la forma de nuestro cuerpo,
hasta que número de talle es “aceptable”, cuál es la edad necesaria para
ser sexy y exitosa y miles de mensajes más que distorsionan la realidad y nos
generan insatisfacción y dolor por no encajar en estos parámetros.
No somos conscientes de ello pero basta con observar un poco
a nuestro alrededor para darnos cuenta que estos mensajes están en todos
lados y con más frecuencia de la que creemos, sino basta con abrir una revista
para mujeres o mirar un poco la televisión y ver que todo lo que muestran son
mujeres poco reales.
Esto se va convirtiendo en un modelo para nosotras y para las niñas. Y como este modelo difiere de lo que vemos al mirarnos al espejo terminamos creyendo que somos defectuosas, que no tenemos lo que deberíamos tener o que nunca seremos de tal o cual manera.
Así se va dañando nuestra percepción destrozando nuestra Autoestima.
Esto se va convirtiendo en un modelo para nosotras y para las niñas. Y como este modelo difiere de lo que vemos al mirarnos al espejo terminamos creyendo que somos defectuosas, que no tenemos lo que deberíamos tener o que nunca seremos de tal o cual manera.
Así se va dañando nuestra percepción destrozando nuestra Autoestima.
Pero hoy quiero que derribemos juntas tres de los grandes
mitos que existen sobre la imagen femenina.
Estos tres temas están relacionados con:
· * El Peso o la Talla
· * La Edad
· * El Dinero
Primer mito que vamos a derribar: El PESO o la TALLA
Gracias a todo esto que te vengo mencionado creemos que la mujer ideal debe poseer ciertas
medias o tener determinado peso y que de no cumplir con ello no podremos llegar a considerarnos bellas y
atractivas.
El peso no tiene por qué ser una limitación para sentirte bien. Con esto no quiero decir que esté bien descuidarse y no cuidar el cuerpo, a lo que me refiero es que, solamente cuando aprendemos a aceptar nuestras formas es cuando podemos cambiar lo que nos disgusta.
Es sano querer mejorar, el problema es cuando queremos transformarnos en lo que no somos. Mejorar desde el amor a uno mismo es el mejor camino para sentirnos cada vez mejor, pero cuando queremos poseer un cuerpo que nada tiene que ver con el nuestro nos encontramos en camino al fracaso, a la decepción, el sufrimiento constante, a hacer de todo y nunca conformarnos.
Por ende, dejar de creer que debemos ser de determinada
forma y amigarnos con lo que somos será
el primer paso para sanar nuestra autoestima.
En estas imágenes podrás ver que estas hermosas mujeres no poseen estas medidas consideradas “perfectas” y que igualmente se ven estupendas.
Segundo Mito: La EDAD
Los años también son considerados una limitación a la hora
de vernos bien ya que se hace un culto desmedido a la juventud eterna y por
ende, a medida que nos vamos poniendo más grandes nos alejamos cada vez más del
ideal impuesto.
Pero esto es mentira, la belleza se manifiesta a todas las edades y posee diversas formas, así que ahora sabes que ser una persona madura no te condiciona para que luzcas tu mejor versión.
Estas hermosas mujeres rompen el mito y nos muestran que ser bella es una decisión.
El último gran Mito: El DINERO
Este último mito refiere a que la buena ropa sale cara y
entonces si no poseemos mucho dinero no podemos vestirnos bien y lo mismo
creemos si no tenemos un placard lleno
de prendas.
Pero para verte bien no necesitas gastar mucho o que salga muy costoso
El secreto es saber elegir lo que mejor nos queda según nuestro cuerpo, el momento o el lugar y nuestra forma de vida.
En las imágenes que te muestro a continuación verás mujeres que se encuentran elegantes con prendas no muy costosas.
Ahora que ya sabes que puedes verte bien para sentirte bien
contigo misma a cualquier edad, con cualquier tipo de cuerpo y sin gastar mucho
dinero ya no tienes excusas para no mostrar lo mejor de ti.
Y si aún no sabes cómo hacer para tu también Aceptarte y Mostrar lo Mejor de Ti es hora que Ingreses Aquí y te regales la oportunidad de Descubrir todo lo que necesitas para Ser, por dentro y por fuera, esa Gran Mujer que ya eres pero que todavía no puedes ver.
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